Dincat, representante del sector de la discapacidad intelectual, ha reunido hoy a más de 300 personas del colectivo, familias, profesionales y representantes de la administración pública en Barcelona, con el objetivo de presentar los buenos resultados del proyecto “ Mi Casa: una vida en comunidad”.
Después de más de dos años y medio de implantación en Cataluña, con la implicación actual de 9 entidades del territorio, se han creado 23 viviendas piloto y ya son 88 personas con discapacidad intelectual las que cuentan con los soportes necesarios para poder decidir por sí mismas cómo quieren vivir.
Reclaman valentía a la administración pública para seguir apostando por proyectos como éste que contribuyen a hacer posible el proceso de desinstitucionalización ya encontrar los modelos de atención y perfiles profesionales adecuados para hacerlo posible.
Dincat, representante del sector de la discapacidad intelectual Cataluña, ha celebrado hoy el Congreso autonómico del proyecto “Mi Casa: una vida en comunidad”, con el objetivo de presentar los buenos resultados de éste, y reivindicar que vivir en comunidad y de forma independiente y con los apoyos necesarios, no sólo es un derecho, sino que es posible y tiene afectos muy positivos para las personas del colectivo. El evento ha reunido a más de 300 personas con discapacidad intelectual, profesionales, familiares y representantes de la administración pública, en Cosmocaixa (Barcelona).
En concreto, el proyecto estatal “Mi Casa: una vida en comunidad”, tiene el objetivo de contribuir al desarrollo de políticas públicas sobre la desinstitucionalización, la prevención de la misma y la transformación del modelo de cuidados de larga duración, a través de la implementación de soluciones innovadoras de transición hacia viviendas en comunidad y servicios de apoyo comunitarios y personalizados, con oportunidades para poder tener vidas normalizadas y participar en la sociedad como cualquier ciudadano o ciudadana.
“Hay que ponerse las pilas y seguir apostando por modelos de vivienda en la comunidad para todas las personas, haciendo realidad el camino hacia la desinstitucionalización, un camino necesario si queremos ser una sociedad realmente inclusiva”, explica Víctor Galmés, director de Dincat. “Hay que reconocer y promover el derecho de todas las personas, independientemente de su situación, a tener los apoyos que precisen para poder llevar a cabo su proyecto de vida independiente, participando plenamente en la sociedad y tomando sus propias decisiones”, añade.
Dincat recuerda que sólo apostando por proyectos como Mi Casa avanzaremos hacia lo que determina la Convención de los Derechos de las personas con Discapacidad de la ONU: el derecho de las personas con discapacidad intelectual, sin excluir a las personas con grandes necesidades de apoyo , a vivir en comunidad convirtiendo sus deseos y preferencias como los elementos más importantes de los soportes que reciben. Cambiar la cultura de atención a las personas, transformar la tipología de centros y servicios, mejorar las políticas de apoyo y cuidados y promover entornos comunitarios más inclusivos y accesibles, son los principales retos a afrontar.
‘Mi Casa: una vida en comunidad’ es un proyecto de innovación de Plena inclusión a 3 años (2022-2024), que está impulsado en 7 comunidades autónomas y cuenta con el apoyo del Gobierno de España (a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, con fondos del programa NextGenerationEU) y de las diferentes administraciones públicas de cada territorio. En concreto, en Cataluña, el proyecto cuenta con una financiación estimada de 5 millones de euros de los Fondos Next Generation y con la financiación de la Generalidad de Cataluña de 33 plazas vía convenio con una dotación estimada de cerca de un millón de euros por este 2024.
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