Javier y Calixto se conocen desde hace ocho años, cuando Javier se incorporó a la dirección de la Residencia Valle de la Oliva, en la que Calixto ya era voluntario. Muchos cafés y conversaciones juntos después, han establecido una relación tan especial que Javier incluso ha visitado a Calixto en su domicilio, donde ha comprobado cómo convive con sus compañeros.
“Calixto es una persona muy especial, al principio cuando le conocí me pareció una persona distante y callada, pero enseguida en cuanto te conoce se abre y se muestra cariñoso y cercano” explica Javier, quien destaca la gran autonomía de Calixto en el desarrollo de sus funciones como voluntario.
“Es él mismo quien toma las decisiones sobre su actividad, si alguna vez le surge alguna duda, le resuelve preguntando” nos explica, antes de calificar como admirable que una persona con discapacidad intelectual, tradicionalmente receptora de apoyos, pueda invertir ese rol para ayudar a otras personas […]
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“Hacen una vida en comunidad, una vida como otra cualquiera”