El Proyecto Mí Casa: culmina en Tomelloso con grandes logros en inclusión y desarrollo comunitario

El pasado 15 de noviembre, el Proyecto Mí Casa: una vida en comunidad cerró su etapa en Tomelloso con una jornada de celebración que destacó los avances logrados en estos dos años y medio de trabajo. Una comida comunitaria reunió a beneficiarios, familias, profesionales y figuras clave como la Facilitadora de Tránsito y el Conector Comunitario que se despiden del Proyecto Mi Casa.

El Proyecto Mí Casa: una vida en comunidad ha finalizado en Tomelloso con una jornada que celebró sus importantes logros en inclusión y desarrollo comunitario. Esta iniciativa, centrada en promover la vida independiente de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, culminó con una comida comunitaria el pasado 15 de noviembre, con la participación de beneficiarios, familias, profesionales y agentes clave como la Facilitadora de Tránsito y el Conector Comunitario.

Logros destacados:

Acciones y visibilidad: Durante dos años y medio, en las viviendas de toda España se publicaron 355 noticias y de las viviendas de Garcilaso y Doña Crisanta, se llevaron a cabo múltiples actividades que generaron 109 noticias, lo que supone que el 30’7 %  de las noticias son de Tomelloso reflejando la amplia gama de iniciativas realizadas.

Beneficiarios:

268 personas viviendo en 66 casas comunitarias, de las cuales el 75% tienen grandes necesidades de apoyo.

Participación activa en Tomelloso de 11 personas con discapacidad, 13 apoyos de atención directa y 11 familias.

Aliados locales como asociaciones, comercios, voluntarios y recursos comunitarios.

Datos clave:

1. Inclusión comunitaria:

Se mapearon 1.300 recursos en 35 territorios de España, 114 de ellos en Tomelloso.

Escucha activa de 104 personas en Tomelloso para identificar necesidades y elaborar perfiles etnográficos.

2. Impacto de género:

El 57% de los beneficiarios son hombres y el 43% mujeres.

3. Resultados positivos:

Un 98% de los profesionales percibió un cambio positivo en la calidad de los apoyos brindados.

Se redujeron los problemas de conducta, los costes sociosanitarios y la dependencia de apoyos directos gracias al uso de servicios comunitarios.

 

Transformación comunitaria:

El modelo ha demostrado ser una herramienta eficaz para fomentar:

Barrios más inclusivos y accesibles.

Relaciones enriquecedoras entre vecinos y personas con discapacidad.

Reducción de barreras sociales y económicas.

Cambios en instituciones y políticas:

Incidencia política: El 89% de los dirigentes de entidades intensificaron esfuerzos para modificar normativas y garantizar la personalización de apoyos.

Revisión de costes: Un 81% impulsó la revisión de mecanismos de acceso a recursos y la adaptación de presupuestos al enfoque centrado en las personas.

Conclusión:

El Proyecto Mí Casa evidencia cómo una planificación centrada en las personas no solo mejora su calidad de vida, sino que también transforma comunidades, instituciones y políticas públicas. Esto permite a las familias disfrutar de una mayor tranquilidad al ver a sus seres queridos en entornos inclusivos, mientras se construyen sociedades más equitativas y solidarias.